
Después de culminar el proceso de la confirmación, en nuestra parroquia, recibimos la invitación a formar parte de este grupo de acólitos, con temores, y confusiones, realmente no sabíamos que era lo que teníamos que hacer y sin comprender cada detalle de la eucaristía, hoy después de un tiempo, podemos decir con seguridad que ha sido una de las experiencias que ha marcado nuestras vidas, desde el sentido espiritual hasta lo cotidiano, ahora comprendemos cada detalle, sabemos cual es el significado de cada parte de la eucaristía y nos gusta ser acólitos porque es un servicio que prestamos en primer lugar al dueños de nuestras vidas, Cristo Jesús, y en segundo lugar a nuestra parroquia a quien debemos nuestras primeras etapas de formación y en donde hemos encontrado a muchos hermanos, que nos ayudan en el caminar y que nos motivan a responder generosamente en nuestras vidas. Por eso si algún día te sientes motivado a ser acolito (Monaguillo) no dudes en preguntar, o puedes también acercarte a nosotros que gustosamente te ayudaremos…
(En la imagen de izquierda a derecha, Jesús, P. José Gregorio y Oswald)